domingo, 2 de enero de 2011

BUENO, ENTONCES ¡QUE ASÍ SEA!


Todo diciembre y lo que va de Enero me he hecho observador de gestos y callado oyente de opiniones. Por un tiempo tengo el propósito de hablar lo menos y no interferir con el habla de los otros. Quiero oírlos, no escucharme. ¿Qué he encontrado? "Curiosidades", para ser indulgente. Veamos si coincide usted conmigo, o si difiere mi experiencia de la suya.

*(1) No he estado en reunión alguna donde no se hable de política venezolana. Esto incluso cuando previamente se ha llegado al acuerdo de no hacerlo. Si se llega al convenio en medio de la discusión y no antes, entonces se produce un silencio activo que busca temas. El nuevo tópico dura poco y el grupo se rinde a la evidencia: ¡no hay otro más importante!

*(2) No he encontrado un sólo interlocutor, lean bien: ¡ni uno sólo! que sea favorable a Chávez. Hablo de taxistas, panaderos, empleados de Gobierno, privados, asistentes domésticos, amigos, familiares, parientes y relacionados. ¿A dónde fueron a parar los "chavistas" a quienes conocí y con quienes coincidí? ¡No he encontrado ni uno sólo en parte alguna! Ni en Caracas ni fuera de Caracas. Ni en el Metro, taxi, autobús o ascensor. Por supuesto que ni pensarlo en una cola, o salón alguno de espera. Fíjense: no quiero que mi percepción parezca sesgada, porque el "antichavismo" no es mi sesgo. No estoy emitiendo opinión sobre el fenómeno; sólo lo recojo y lo invito a comparar mi experiencia con la suya (y no se haga trampas, que yo no se las estoy haciendo a usted)

*(3) Lo peor: tampoco he encontrado alguien con ánimo para contemporizar. El vocablo, que sé difícil de pronunciar, produce a la gente molestia en la epiglotis: carraspean y tragan grueso. A esta fecha, 19 de enero de 2011, todo venezolano parece irreductible en sus posiciones; y esto incluso luego del discurso de Chávez en la Asamblea. "¿Cómo creerle?" -se preguntan muchos- "¿si luego de declararse defensor también de la clase media, nos enteramos que la "Ley de Emolumentos, Pensiones y Jubilaciones para Altos Funcionarios, etc....." LESIONA A TODOS LOS EMPLEADOS PÚBLICOS, quienes son en su inmensa mayoría clase media"? "Algo que se pensó para algunos pocos sueldos abusivos, ¡¿ahora resulta que nos maltratará a todos?!", es el sentimiento general. Personalmente ignoro si lo que se comenta con tanta amargura es cierto, pero me pregunto: "¿Qué trabajo está haciendo el PSUV?"
Bueno, a esta altura voy a hacer una propuesta que dejará boquiabiertos a algunos de mis conocidos: pedir a Dios que nos salve de nosotros mismos, porque solos no sabremos hacerlo. Sea usted católico, cristiano, budista, judío o musulmán, hágalo porque es lo inteligente. Si ateo, bueno, ¿quien quita? A lo mejor Dios se complace y lo complace. Y aclaro que no estoy siendo irónico, ni apóstata, ni falso.

Y a usted, Presidente: en sus manos pudiera estar la inmediatez de la "guerra" o de la paz en Venezuela (y siento en mi corazón que no exagero) Formado para lo primero, ojalá tenga usted la sensatez de optar por lo segundo. Es mi esperanza y son mis deseos.





lunes, 20 de diciembre de 2010

¿Por qué el título?



Porque no pertenezco a esa generación pero me rodea, y porque me lo sugiere el blog de Yoani Sánchez ("Generación Y") la perceptiva bloguera cubana.
¿Cómo es la"Generación Yo" en la que vivo? Egoísta y consumista. Todo lo tiene y el resto lo ambiciona. Es pasto para especuladores, peculadores, estafadores y todo malhechor con mínimo de audacia; incluidos los políticos, por supuesto. Tonta parece la generación "Yo": habla con usted sin levantar el rostro mientras "chatea" con otros; exhibe la marca de la ropa con la que se disfraza; adopta habla de malandro porque es "in, y de valores no conoce ni la "v". Dirá usted: "pero esos son los suyos". No me venga con eso. Esos no son valores, sino mal comportamiento. Y excúseme usted si quiere, pero de los más deleznables.
¿Debemos entonces pasar la página de esta generación y esperar la próxima? Por supuesto que no, pero tampoco debemos permitir que la próxima sea un producto de ésta, a la que naturalmente le toca producirla. ¡Ja! El tema es complicado y agudo, ¿no? ¿Cuál sería pues la solución? ¡Ah! ¡ ¿y usted cree que yo voy a resolverlo desde esta entrada de blog? Si eso es lo que piensa, entonces usted también pertenece a esa generación que entre otras cosas es bien cómoda: todo lo espera de los demás y como veo ni siquiera se da por aludida. ¿No siente usted esa pertenencia? Me alegro y me quita el susto. Pero hagamos algo: ¿Usted qué sugiere? En todo caso, para que no se moleste, le regalo las flores de la imágen superior. ¡Feliz Navidad del año en que le escribo! (2010) De las próximas ya hablaremos.